Uno de los discursos más emotivos de este año fue sin duda el que dio Antonio Banderas cuando subió a recoger el Goya de Honor.
«La vida, como una aventura, o quizá como un juego». Así arrancan diez intensos minutos donde vemos a una persona que tuvo la determinación necesaria para conseguir convertirse en aquello que siempre había soñado.
«Si miro hacia atrás, me veo viejo, pero si echo la vista hacia adelante me siento muy joven». Consciente del significado de este premio, nos recuerda que fue la pasión por su profesión lo que no le hizo rendirse y que ese será el motor para dar lo mejor que tiene en los próximos años.
El momento más emotivo llega al final cuando Antonio Banderas no puede evitar emocionarse, al reconocer los sacrificios de su profesión.